¿Sabías que con lavar nuestros dientes a diario no es suficiente? Para mantener unos dientes y unas encías sanas es necesario realizar una limpieza bucal profesional cada cierto tiempo.
Es muy importante mantener una correcta higiene bucodental, cepillar nuestros dientes con una pasta dental acorde a nuestras necesidades y usar hilo o seda dental.
La limpieza bucal, profilaxis oral en términos odontológicos, ayuda a limpiar nuestras piezas dentales de una forma mucho más profunda que solo con el cuidado diario. Esta consiste en eliminar la placa bacteriana y el sarro que se van formando alrededor de nuestros dientes y encías para mantener nuestra boca protegida de futuras infecciones u otros problemas.
La limpieza bucal es un tratamiento sencillo que dura unos 30 minutos y resulta indoloro, aunque para algunas personas con hipersensibilidad dental puede resultar algo molesto.
¿Cuándo me tengo que hacer una limpieza bucal?
Por norma general, la limpieza bucal debe hacerse una vez al año, aunque su frecuencia podría variar en función de cada paciente, por eso lo mejor es que lo determine un profesional de la odontología.
Incluso cuidando nuestra higiene bucodental a diario, no podemos conseguir el 100% de la higiene que necesitamos. Es por eso que una limpieza bucal cada cierto tiempo es una buena forma de cuidar de nuestra salud oral. Mediante esta técnica, conseguimos limpiar zonas que son de difícil acceso con el cepillo de dientes en la higiene diaria.
¿Y si no me hago una limpieza bucal?
En muchas ocasiones pensamos que con llevar un cuidado diario de nuestra boca es suficiente, pero debemos tener en cuenta que hay zonas que no podemos llegar a limpiar con la higiene bucal diaria.
Además, por muy bien que cuidemos de nuestra boca, el sarro y la placa se van acumulando en nuestros dientes con el paso del tiempo. La única forma de eliminarlos de una manera profunda es mediante una limpieza bucal profesional.
Cuando estamos mucho tiempo sin hacernos una limpieza bucal, el sarro y la placa se acumulan en nuestros dientes. Esto provoca la proliferación de las manchas que se generan al consumir ciertos alimentos como el café. Además, según avanza el sarro por dentro de la encía, corremos el riesgo de desarrollar la enfermedad periodontal: gingivitis en sus fases iniciales e incluso periodontitis.
Las caries también son otro factor de riesgo. Al no limpiar de forma profunda la placa de nuestros dientes, esta se va acumulando de forma excesiva y permanente y aumentan las posibilidades de desarrollar caries.
Otro de los problemas más molestos que podemos sufrir si no nos realizamos una limpieza bucal de forma periódica es la halitosis. Esto se debe a la acumulación de placa y bacterias por todas las zonas de nuestra boca.
El sentido del gusto también se ve afectado cuando tenemos nuestra boca con placa y sarro. Unos dientes limpios y una boca sana ayudan a mantener activo nuestro sentido del gusto. Además, la sensación de frescor y limpieza en tu boca después de una limpieza bucal es insuperable. Y tú, ¿cuándo fue la última vez que te hiciste una limpieza bucal?