La historia del Ratoncito Pérez es la primera que nos viene a la cabeza cuando nuestros pequeños están a punto de perder uno de sus dientes de leche.
La pérdida de los dientes de leche habitualmente sucede cuando nuestros peques tienen entre 6 y 12 años. Son momentos que pueden provocar tensión y miedo a los niños, por eso intentamos suavizar esta etapa con la historia del Ratoncito Pérez. Les hacemos entender que es un proceso normal y que además tiene recompensa. Pero, ¿conocemos la historia del Ratoncito Pérez?
Un poco de historia
La costumbre de poner el diente de leche debajo de la almohada está muy extendida por todos los hogares españoles. A lo largo del mundo también se hace, pero a la espera del “Hada de los Dientes”.
Hay muchas versiones sobre cuál es la verdadera historia del Ratoncito Pérez. Una de las más conocidas data del año 1894 cuando Luis Coloma escribió el cuento del Ratón Pérez para Alfonso XIII. Este cuento se hizo muy popular; tanto que en 2003, el Ayuntamiento de Madrid decidió rendir homenaje a este ratoncito colocando una placa conmemorativa en la calle del Arenal, el mismo lugar donde el padre Coloma ubicó la vivienda del ratoncito en su historia.
La historia del Ratoncito Pérez de Luis Coloma narra las aventuras del rey ficticio Bubi I con el Ratoncito Pérez. En esta historia, el monarca y el Ratoncito se hacen amigos y durante la noche van recolectando los dientes de los niños de Madrid.
La historia del Ratoncito Pérez
Pero, sin duda, nuestra versión favorita de la historia del Ratoncito Pérez es otra.
Pepito Pérez era un ratoncito que vivía con su familia en la pared de una panadería. Por las noches, Pepito aprovechaba para entrar a la panadería y coger comida para él y para su familia. Un día, cuando Pepito fue a la panadería, vio que todo había cambiado. Ya no era una panadería, sino una clínica dental. Desde ese momento empezó a observar todo lo que hacía el doctor de esa clínica.
Pepito era un ratón muy listo y muy atento, así que pronto empezó a aplicar a su familiares los conocimientos que iba aprendiendo. La historia del Ratoncito Pérez empezó a hacerse famosa entre los ratones de la ciudad, que iban a verle para que les atendiera.
Un día empezaron a venir ratones muy mayores pidiéndole ayuda a Pepito para poder volver a comer las cosas que comían cuando eran jóvenes. Así que Pepito fue a la clínica a ver cómo resolvía el doctor esos problemas y vio que este les ponía dientes falsos a sus pacientes. Pero esos dientes eran demasiado grandes para los ratoncitos…
Estando allí Pepito, llegó un niño a la clínica para que el doctor le quitara un diente de leche para dejar paso al siguiente diente. ¡Eureka! Ese diente de leche tenía el tamaño perfecto para un ratón. Así que Pepito siguió a ese niño a su casa, esperó a que se quedara dormido y cogió su diente de leche, dejando en su lugar un pequeño regalo. Al día siguiente, el niño fue al colegio muy contento y les contó a sus amigos lo que había pasado.
Desde ese momento todos los niños comenzaron a poner sus dientes de leche bajo la almohada y el ratoncito Pérez iba cambiándoselos por regalos para poder atender a sus pacientes más ancianos.
En la actualidad
Con la historia del Ratoncito Pérez, tenemos un cuento perfecto para animar a los más pequeños cuando pierden sus dientes de leche. Evitamos que se pongan tristes y hacemos que se sientan ilusionados.
¡En Dental Mares somos especialistas en peques! Nos encanta cuidar de su salud bucodental y lo hacemos con mucho mimo. Además te damos todos los consejos sobre cómo cuidar los dientes de los niños.
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¡Queremos que los peques estén sanos y contentos!