LA IMPORTANCIA DE CUIDAR LA LENGUA EN LA HIGIENE BUCODENTAL

La lengua suele ser la gran olvidada durante la rutina de higiene bucodental, pero su higiene es imprescindible para una buena salud dental.
La lengua está formada por diferentes papilas cuya función es la de identificar el sabor de los alimentos que ingerimos y está llena de surcos donde quedan atrapadas las bacterias que provocan el mal aliento. La saliva actúa como limpiado. Por eso cuando tomamos medicamentos que resecan la
boca o nos levantamos por mañana, es más probable que tengamos mal aliento.

¿Cómo saber si mi lengua está sana?
Una lengua limpia y sana tiene un tono rosado. Una lengua blanca o amarillenta probablemente sea una señal de que algo no va bien. Estos problemas suelen estar relacionados con problemas gástricos, candidiasis o falta de higiene oral.
Por ello, los beneficios de realizar la higiene de la lengua de manera habitual y correcta son múltiples.
¡Adiós al mal aliento! Los depósitos que se acumulan sobre la superficie en forma de manto son los que provocan, en mayor medida, la halitosis. Además, se recupera la capacidad de saborear mejor las comidas, ya que las papilas gustativas estarán libres de restos de comida y del manto de bacterias.
A su vez, previene la aparición de caries debido a que, cuando se acumulan restos de comida y bacterias, estos son trasladados desde la lengua hasta la superficie de los dientes.
Entonces, a la hora de lavar nuestros dientes con el cepillo de dientes no podemos olvidar la lengua.
Se ha de realizar una técnica adecuada y, a pesar de que existen diferentes herramientas como limpiadores bucales, se puede realizar con el cepillo de dientes. Se recomienda una limpieza de lengua mínimo al día.

Cepillo de dientes
Tras el correcto cepillado dental, se debe cepillar la lengua colocando el cepillo desde la parte trasera hacia delante en forma de barrido. Se debe sacar la lengua y raspar siempre hacia delante con el cepillo, comenzando en las zonas centrales de la lengua para pasar a los laterales, enjuagando el
cepillo o el limpiador lingual en cada pasada con agua.
Es común que aparezca la sensación de náuseas cuando cepillamos nuestra lengua. Para evitar que se produzca, debemos evitar el desplazamiento de la lengua hacia atrás. La posición de la lengua debe ser erecta y nunca se debe realizar demasiada presión, ya que se puede dañar la superficie de la
lengua.
Los limpiadores linguales son realmente parecidos a los cepillos dentales y su función es limpiar lalengua ejerciendo función de respaldo mediante las celdas especiales.

Raspadores de lengua
Hay dos tipos de raspadores:
En forma de U: alcanzan la parte trasera de la lengua con facilidad, y proporcionan un mejor control
de la posición de la presión, lo que evita las famosas náuseas.
En forma de T: Son similares a los anteriores, pero el control de la presión es diferente.
En definitiva, la higiene bucal debe incluir necesariamente la limpieza de la lengua diariamente. Para cualquier duda, consulta con tu dentista.